¿SOY ORIGINARIO?
Javier Baptista, S.J.
De España llegaron el sauce y el pino,
zanahoria y cebolla, lechuga, ¡y el trigo!,
nardo perfumado, coloridas rosas,
jazmin fragancioso y alegres claveles.
Con alegres cantos fueron recibidos
por molles y jarcas, chilijchis y tarcos.
Hicieron gran fiesta locotos y papas.
El maíz aplaudió con sus grandes hojas.
De España llegaron austeros olivos,
manzanas y peras y sonoras nueces.
Llegaron naranjas, limas y limones,
variados duraznos y uvas deliciosas.
Fueron recibidos por las chirimoyas.
Vestida de fiesta bailó la kantuta.
Dando grandes saltos llegaron las paltas,
tumbos y pacaes, yucas y guayabas.
De España llegaron el burro y la vaca,
hermosos caballos y blancas ovejas.
Los gatos, los perros, bien originarios,
tenían parientes llegados de España.
También los conejos tenían parientes.
Se hicieron amigas la llama y la oveja.
Cantaron a coro tiluchi y canario,
y todos sabían que Dios los amaba.
De España llegaron hombres y mujeres,
huyendo del hambre, buscando trabajo,
Con originarios se dieron de palos,
pateando y gritando: "¡Ellos son los malos!.
Los hombres peleaban. Nunca razonaban.
Buscaban razones para masacrarse.
No tenían tiempo para hacer preguntas
en sus corazones al Señor del cielo.
Sólo se acusaban y no perdonaban.
El que más gritaba: "¡Soy originario!,
nunca les hablaba ni en quechua ni aymara,
porque sólo hablaba la lengua opresora.
"¡Yo soy originario!", gritó un español,
"porque hablo quechua y también aymara.
Tengo ch'ulo y ch'uspa. Soy más boliviano
que cualquier mestizo que habla castellano".
Plantas y animales a Dios preguntaron:
"¿Yo soy extranjero? ¿Soy originario?
"Es pregunta absurda. Todos son hermanos.
Los aquí nacidos son originarios.
martes, 11 de septiembre de 2007
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